domingo, 30 de mayo de 2010

So you think you can (pole) dance?

Vamos? Vamos? Vamos? Vamos? Vamos?
Eso era lo único que decía L. durante semanas. No sé de donde pero encontró anuncios de clases de pole dancing describiendo ese novedoso "ejercicio" como la última maravilla: fortaleces los músculos de las piernas y los brazos, el abdomen, adquieres flexibilidad y aprendes cómo ser más sexy. As if!

Los precios exorbitantes de las clases nos habían desanimado un poco, pero cuando L. encontró una clase de prueba a unos módicos $150 todas le entramos. Previo a la clase comencé a pensar que probablemente había encontrado mi nueva vocación. Tendría un trabajo de oficina de día y bailaría en tubo por la noche. Perfecto! Así podría rentar cualquier departamento que quisiera sin importar el precio. Evidentemente yo me imaginaba bailando como Kate Moss en el video de I just don't know what to do with myself de los White Stripes (los problemas de las chicas modernas imaginándose a sí mismas como Kate Moss son explorados, again, por Hadley en The Meaning of Sunglasses, pero ese es otro tema).




En fin, después del oso de haber llegado tarde a la clase y haber tenido que cambiarme de ropa en el mini baño del salón mientras el resto de las "estudiantes" esperaban sentaditas en sus yoga mats, empezó la clase. La maestra, una chava como 3 años años más grande que yo y con uno de los cuerpos más perfectos que he visto en vivo (ni un gramo de celulitis!) comenzó con unos estiramientos con un twist: estirar brazos, espalda y piernas como antes de cualquier ejercicio, pero moviendo el cabello de aquí para allá y poniendo la cara más sexy que te saliera. Luego lo peor: sentadas en el suelo abran las piernas y toquen el piso con la frente. Ajá, imposible. Hubo algunas risas de vernos a todas en una posición tan poco glamorosa, pero como era un asunto serio lo disimulamos lo mejor que pudimos.

Luego entonces llegó lo bueno. Los ejercicios en el tubo. Primero hicimos una prueba de seguridad para acostumbrarnos a la fuerza que necesitas en los brazos para mantenerte colgada del tubo (BTW, necesitas MUCHA!). Y como si nada, la maestra pasó a enseñarnos el primer giro. Tomas el tubo con las manos, lo agarras con la parte de atrás de tu tobillo derecho y zaz, comienzas a girar hacia abajo hasta que tus pies toquen el suelo y luego te incorporas, eso sí, pompas primero. No puede ser taaan difícil así que ahí va. Resultado: caes como saco de papas, se te atoran los brazos en el tubo, se te zafa la pierna con la que lo tenías agarrado, te duelen las manos y al final no pudiste dar ni una vuelta. Pasamos como 20 minutos practicando ese giro y lo más que logré fue que las manos no se me quedaran atoradas y poder girar un poco. Decepción total. Mi falta de talento y los $3000 por curso me desalentaron por completo. ¿Entonces no podré bailar en tubo de manera profesional? Whatever, creo que feminista y bailarina exótica no iban a quedar mi bien en mi CV de todas maneras. Eso sí, hubiera sido una sorpresa interesante para el hipotético novio futuro. Ni hablar.



Para despedirme les dejo uno de los bailes en tubo más tristes de la historia: Britney Spears en Gimme More. Entiendo que no está nada fácil, pero no puedes sólo bailar ALREDEDOR del tubo, de hecho tienes que hacer algo con él!! Si el tubo no es lo tuyo, no lo pongas en tus videos, mucho menos cuando estás usando pelucas malas después de que te rapaste en un ataque de locura.

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